Existen tres niveles de desear. El primer nivel es el de “quiero” ser rico. Pero sólo el hecho de quererlo no sirve de mucho. Querer no lleva necesariamente a tener. La riqueza no viene del mero hecho de desearla.
El segundo nivel es el de “decido” ser rico. Decidir implica una energía mucho más fuerte y va a la par con ser responsable de crear tu realidad. Decidir significa eliminar cualquier otra alternativa.
El tercer nivel de querer es el de “me comprometo” a ser rico. Comprometerse quiere decir dedicarse sin reservas, dar el cien por ciento de todo lo que tienes a obtener riqueza. Significa hacer lo que haga falta durante el tiempo que haga falta. Significa poner manos a la obra ya. No hay excusas ni pretextos. No hay “pero” que valga, ni “quizás” ni “tal vez”. El fracaso no es opción.
Hacerse rico rquiere enfoque, valor, conocimientos y pericia, requiere del cien por ciento de tu esfuerzo, una actitud triunfadora y una disposición mental de rico. Pero también debes creer en lo más profundo de tu corazón que puedes y que mereces crear riqueza.
Una vez que te comprometes, el Universo hará lo imposible para apoyarte, te prestará su ayuda, te guiará e incluso obrará milagros. De la decisión y el compromiso surgirá todo un caudal de sucesos que provocará todo tipo de incidentes imprevistos a tu favor y traerá la ayuda material que has soñado encontrar. Pero primero comprométete.
¿Qué esperas?
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