¿Cuántas ideas maravillosas, buenas sugerencias e inspiraciones valiosas han surgido en nuestra mente y no has hecho nada al respecto? ¿Con cuánta frecuencia nos han propuesto buenas ideas y presentado proyectos necesarios y hemos dejado escapar la oportunidad?
Quizás sea el temor al fracaso o al ridículo, la pereza, los años de malos hábitos o la falsa creencia de no poder hacerlo solos, pero ¿cuántas horas del día se nos van en la ociosidad y la decidia?
A menudo hacemos sólo aquello que se nos dice o lo que los otros están haciendo. Tenemos la tendencia a seguir a la multitud y solemos conformarnos con mucho menos de lo que merecemos y podemos alcanzar.
Es preciso convertirnos en realizadores, y no sólo oyentes, en todas las áreas de nuestra vida: espíritu, salud, trabajo, relaciones, economía, etc. Debemos llenar nuestra vida de acción, sin descuidar ninún aspecto. Es necesario hacernos responsables de nuestro tiempo.
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