Aquello que colocas en tu subconsciente, ya sea con pensamientos, imágenes o palabras, se manifiesta en el mundo físico.
La afirmación vigorosa de la voluntad tiene el poder de imponer obediencia sobre el subconsciente. Es un arma poderosa para dar órdenes. Repite una y otra vez tus afirmaciones; primero en voz alta y con énfasis, luego en un tono más bajo, más tarde en murmullos, y finalmente en tu mente en profundo silencio. Procura que sean rítmicas y siempre positivas y orientadas hacia las soluciones. Cada afirmación que hagas será energía que viajará enviando un mensaje poderoso.
Realiza tus afirmaciones todos los díás cada mañana y cada noche, e incluso frente al espejo. El subconsciente está particularmente abierto a una resolución contundente al despertar y en los primeros momentos del sueño, cuando está más libre de las influencias externas.
Nuestros pensamientos positivos son magnéticos. La actitud alegre es magnética. El amor es magnético. La esperanza es magnética. La fe es magnética. Acompaña tus afirmaciones con imágenes que correspondan a tus deseos, imágenes vívidas y detalladas que reafirmen tus órdenes y el subconsciente acabará por aceptarlas como verdad, como tu realidad y hará lo que sea necesario para traerlas a tu experiencia.
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