miércoles, 10 de agosto de 2011

La suerte

“Existe una persona que nunca va a sacarse la lotería” – Aquella que nunca juega.

De la misma manera en que es necesario colocarnos debajo de la regadera a fin de recibir el agua, también es necesario ubicarnos justo donde la suerte pueda favorecernos.

La “buena suerte” es atraída por nuestro pensamiento obstinado. Aquello que ocupa nuestra mente de manera constante, se convierte en realidad, ya sean pensamientos positivos o negativos.

Existe una gran relación entre el aprovechamiento de la oportunidades que la vida nos presenta y la “buena suerte”. Aquel que es capaz de aprovechar al máximo una oportunidad que se le presenta, enlaza su actitud positiva con el aprovechamiento de la siguiente, y la siguiente, y así sucesivamente; creando así su “buena suerte”.

De ahí la tendencia del rico a seguir siendo rico, pues como triunfador que es y se siente, prevalece en él una disposición constante al inmediato aprovechamiento de las oportunidades que todos los días se presentan. El derrotado por el contrario, se acostumbra a dejar pasar de largo las oportunidades que la vida le ofrece, acostumbrándose a atribuirle todo a su “mala suerte”.

Las oportunidades son incontables, y lo que llamamos “mala suerte” deberíamos atribuírselo a la falta de preparación para aprovecharlas, a la falta de actitud y dinamismo, a la indecisión y a la falta de seguridad en nosotros mismos.

El aprovechamiento de las oportunidades que la vida nos da debe ser obligado e inmediato y la adopción de este habito creará nuestra “buena suerte”.

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