martes, 16 de agosto de 2011

Saber escuchar


El hombre sabio escucha, el necio habla.

Escuchar no es sólo permanecer oyendo con tranquilidad. Escuchar es no sólo absorber las palabras del que habla, sino su punto de vista y sus verdaderos sentimientos.

Tenemos que escuchar para crecer. Tenemos que estar firmemente convencidos de que la otra persona tiene algo valioso que decirnos. Escuchar prepara el escenario mediante el cual podemos aprender, mediante el cual la otra persona comienza a mostrarnos los tesoros de la vida. Conforme aprendemos a escuchar, aparecen gemas de sabiduría y de nuevos discernimientos.

Lo que identifica a un sabelotodo, el signo del necio, es el de hablar continuamente sin escuchar a los demás. Así las ideas, sugerencias e información que debieran ser suyas se pierden para siempre. Miles de oportunidades nos rodean todos los días. Los tesoros viene y van sin que la mayoría de los seres humanos los perciban.

Escucha para aprender. Presta atención. Escucha las conversaciones y obtén de ellas valiosa información que te ayude a alcanzar tus metas. Las buenas ideas yacen en los lugares más insospechados.

Escuhar puede hacer de ti una mejor persona. Puede ayudarte a crecer, a tener paciencia, a tener más disciplina, a hacerte un mejor comunicador. Escuchar es una señal de verdadero amor, puede hacerte más sensible, más franco y más humano. Aprende a escuchar y podrás hacerte rico.






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