jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuando una puerta se cierra...

En el sentido más exacto, no hay pérdidas en el Universo. Decimos que una cosa se ha perdido cuando sale de nuestra “posesión” sin nuestro deseo consciente. Pero no ha dejado de existir. Está en alguna parte.

Sólo se puede experimentar aquello en lo que se cree. Deshazte de la creencia de la pérdida y dejarás de sufrirla. Si elevas tu nivel de creencia y aceptación de la abundancia, aunque sea un puntito o dos, esta creencia corregida empezará a hacerse patente. La vida nunca es injusta. Su aparente dureza es sólo la consecuencia de nuestra creencia.

Todo final es un principio. Muchas personas sólo se fijan en lo que ha salido de su vida y esto los esclaviza a una repetición de pérdidas. Harían mejor cultivando la expectativa de lo que está listo y dispuesto a entrar en sus vidas. Los finales son sólo finales si así lo creemos. Hay puertas que pueden cerrarse; pero por cada una que se cierra, siempre hay otra a punto de abrirse si uno cree que puede abrirse y se pone en movimiento.

Se puede hacer que todo final sea un principio. Podemos construir un valiente mundo nuevo, siempre y cuando también primero construyamos una valiente actitud nueva. ¿Con qué? Hay un poder en el enorme Universo que puede hacer eso. Ese poder es Dios. Y ese poder está dentro de cada uno de nosotros.

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